El 26 de abril se conmemora en varias partes del mundo el día de la visibilidad lésbica. Es una fecha para dar voz a las mujeres lesbianas, sus vivencias, historia y problemas.
Historia del lesbianismo
En ciertos momentos de la historia y en ciertas culturas el lesbianismo ha estado “mejor visto” y “aceptado” que las relaciones entre hombres, esto se debe a que se infantilizaba las relaciones lésbicas y se invisibilizaban tachándolas de “tonterías entre amigas”.
La palabra “lesbiana” procede de la isla de Lesbos, en Grecia, lugar del que es la poeta lesbiana Safo de Mitilene.
Cuando surgió el movimiento LGB en EEUU inmediatamente las mujeres se dieron cuenta que era un movimiento dominado por hombres, y es que las luchas mixtas (la lucha obrera, la racial…) siempre acaban siendo dominadas por ellos y sus intereses. Por ello, en la década de los setenta las lesbianas pasan a realizar su activismo en el movimiento feminista.
Las lesbianas comprenden que son oprimidas por ser mujeres y discriminadas por ser lesbianas y la raíz del problema es la sociedad patriarcal.
A partir de aquí comienzan a surgir el lesbianismo feminista y el lesbianismo político.
Algunas de las grandes teóricas feministas de los setenta son lesbianas: Andrea Dworkin, Kate Millet, Sheila Jeffreys…
Problemas a los que se enfrentan las lesbianas
Tras lograr en muchos países el matrimonio igualitario de las personas homosexuales, se cree que no hay más problemas a los que las lesbianas deban enfrentarse. A continuación, te explico algunos de los problemas actuales de las lesbianas:
Cosificación e infantilización: En la sociedad patriarcal en la que vivimos, las lesbianas son vistas como “un juego entre mujeres, entre amiguitas” y como objetos sexuales de los hombres. Las lesbianas tienen que enfrentarse diariamente a una sociedad que no ve sus relaciones como serias e importantes y que ve su sexualidad como un juego para los hombres. Las lesbianas deben aguantar a familias y amistades que no consideran a sus parejas como tal y las tachan de “amiguitas”. Mientras, por otra parte, deben soportar el ser consideradas un juego para los hombres, un reto que conquistar, una categoría porno para ellos.
Sexismo y heteronorma dentro del lesbianismo: desde sufrir frases como “quién es el hombre y la mujer de la relación” hasta hacerse popular clasificar a las lesbianas en “butch” y “femme” según si siguen los roles de género masculinos o femeninos. Incluso en las relaciones sexuales deben soportar ser tachadas y categorizadas como activas, pasivas o versátiles. Por otro lado, el sexismo que sufren las lesbianas está llevando a muchas, especialmente las más jóvenes, a desarrollar una disforia que provoca que se sometan a la terapia de conversión moderna: la transición “de género”.
Invisibilizadas hasta en el papeleo: a día de hoy son muchos los documentos, formularios y demás que no tienen en cuenta que dos mujeres puedan estar juntas o incluso formar una familia con hijos e hijas.
Invisibilizadas y borradas históricamente: muchas son las mujeres que a lo largo de la historia se ha intentado ocultar que eran lesbianas, por ejemplo Emily Dickinson o Anne Lister. A día de hoy esto no ha cambiado mucho, y es que la representación de lesbianas es prácticamente nula. Cuesta encontrar series, canciones o libros con mujeres lesbianas (y peor aún, con un final feliz). Además, en estos momentos se está viviendo un completo borrado de las lesbianas. Desde invisibilizar su bandera (la labrys), hasta borrar la palabra lesbiana y sustituirla por queer e incluso llamar lesbiana a hombres, como en el caso de la famosa serie Euphoria en la cual intentan tachar de lésbica una relación heterosexual (Rue y Jules). Las lesbianas no tenemos referentes desde la infancia y esto provoca que nos cueste conocernos, comprendernos a nosotras mismas y desarrollarnos.
Acoso por parte del propio colectivo LGBT: desde los inicios del movimiento las lesbianas han sido ignoradas e insultadas, pero actualmente la situación ha empeorado por culpa de la ideología queer, la cual tacha a las lesbianas de tránsfobas por negarse a mantener relaciones con hombres e incluso han inventado el término “cotton ceiling” o techo de algodón (haciendo referencia a la ropa interior) para referirse a la barrera que tienen los transfemeninos para acceder a la vagina de las lesbianas. Y es consideran que tienen derecho a mantener relaciones sexuales con lesbianas (los incel dicen lo mismo), atentando contra el derecho de elegir con quién mantener relaciones, negando su orientación sexual y siendo similar a tratar de convertirlas en heterosexuales.
Sexualidad y salud: no existe información sobre métodos seguros en las relaciones sexuales lésbicas. Estamos acostumbradas a recibir (si es que las recibimos) charlas sobre sexualidad centradas en las relaciones donde haya un pene, y es que del condón no pasamos. Como mucho, cuando llega el mes de la concienciación sobre el VIH se habla de las relaciones gays, pero la salud y sexualidad de las lesbianas es un tema tabú y sin información a día de hoy. Incluso cuando acudimos a ginecología debemos aguantar las caras de asombro cuando decimos que mantenemos relaciones sexuales pero que no tenemos riesgo de embarazo… hasta que unen los puntos.
Está claro que queda mucho camino por recorrer, por ello son importantes estas fechas que dan visibilidad a estos problemas. Es importante hablar sobre estos problemas que sufren las lesbianas, poner soluciones, dar visibilidad a mujeres lesbianas de la historia… Animo a todas las personas a que aporten su grano de arena desde su posición: si eres madre o padre habla con tus hijas e hijos, si eres docente trabaja con el alumnado, si tienes redes sociales aprovéchalas para alzar la voz… Y sobre todo es importante que este tema, como muchos otros, no se queden en X fecha, ya que todos los días hay que luchar contra las injusticias y mejorar la sociedad.
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