Hay que comprender la importancia del lenguaje. El lenguaje afecta a la forma en que pensamos, es por ello que es importante hacer un uso correcto de él en todos los aspectos, incluido desde una perspectiva feminista.
En primer lugar, hay que nombrar las cosas de forma correcta y en momento correcto. Esto es un error que comete el profesorado de Historia haciendo uso de la expresión “el hombre” para referirse a la humanidad. Es un error puesto que, en la historia, hombres y mujeres no hemos jugado el mismo papel, es por ello que es importante señalar cuándo las mujeres han formado parte de un acontecimiento y cuando no. Además, con el uso del masculino genérico, las mujeres además de ser invisibilizadas, tenemos la carga mental de tener que asumir cuándo somos incluidas y cuando no.
¿Entonces la solución es el lenguaje inclusivo? No, y aquí viene el segundo punto. Lo que no se nombra no existe. El uso de “X” o “@” es gramaticalmente incorrecto, no nombra a las mujeres y además son símbolos que dificultan la lectura de las personas invidentes. Por otro lado, el uso de la “e” como forma de incluir a ambos sexos sigue siendo una forma de borrar a la mujer y su opresión. Pasamos de “hombres asesinan a mujeres” a “Elles asesinan a elles”. Si todos, todas y “todes” luchamos contra el patriarcado ¿Quién es el patriarcado?
El lenguaje debe ser no sexista. Por suerte poseemos un idioma muy rico que nos permite expresarnos sin caer en el sexismo. Por ejemplo, en vez de decir “alumnos” podemos decir “el alumnado”. También tenemos que ser conscientes de cómo utilizamos el masculino genérico solo cuando nos interesa, porque nos queda claro que es “enfermeras y médicos” cuando perfectamente podría ser “personal sanitario”.
Otra forma de sexismo en el lenguaje es hablar en masculino cuando un grupo está conformado por 10 mujeres y un hombre ¿Acaso ese hombre tiene más peso que esas 10 mujeres como para tener que modificar el leguaje para él?
Las mujeres históricamente hemos sido invisibilizadas, pero en estos tiempos estamos viviendo algo mucho peor, y es que estamos siendo borradas. Ser mujer se ha convertido en una ofensa y nombrarnos a nosotras, nuestros cuerpos y nuestros problemas se ha convertido en delito de odio. Es importante ser conscientes de que las mujeres existimos, somos más de la mitad de la población y somos sujeto político.
Comments