Recientemente ha sido el Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Desgraciadamente, a lo largo de los últimos años este día ha sido manipulado por el patriarcado hasta tal punto que las mujeres hemos dejado de ser el sujeto de este día, igual que pretenden que dejemos de ser el sujeto de nuestra lucha.
Las empresas aprovechan la popularidad que ha cogido esta fecha para publicitarse e incluso crear “merchandising feminista” y esto es totalmente antitético. Esto es una lucha social, no un eslogan para una camiseta de veinte euros fabricada por una mujer en régimen de semiesclavitud por una empresa que paga un 10% menos a sus empleadas y el 90% de los cargos de poder los tienen hombres. Además, esto va muy de la mano con intentar hacer de la lucha una fiesta con purpurina, música y twerking. Imagina estar en una marcha recordando a tu madre asesinada o a tu amiga violada mientras a tu alrededor están de fiesta y no luchando.
Por otro lado , tenemos el empeño de toda la sociedad en su conjunto en que la lucha de la mujer es de todos y debe acoger a todos, eliminando así el sujeto de esta y por tanto el significado y objetivo. Todos estamos de acuerdo en que la lucha racial o el activismo LGBT pertenecen a las personas negras y las personas LGBT respectivamente, y que por tanto ellos son el sujeto de esas causas. En cambio, ahora parece que el Día Internacional de la Mujer Trabajadora es el “Día Internacional de las Personas”, porque claro, está mal excluir a los hombres, a los trans, a los gay y así un largo etcétera, pero es que este no es su día y esta no es su lucha. Existen fechas para estos colectivos, causas y luchas, en cambio esos días no son invadidos, pero a nosotras sí nos invaden los pocos espacios que tenemos.
No conformes con esto, el proxenetismo ha intentado (más bien ha logrado) colarse entre nuestras filas. El sindicato ilegal OTRAS es un ejemplo de ello, y la acogida de la Comisión 8M del lema “revuelta puteril” es otro. El feminismo es abolicionista, siempre lo ha sido. Desde la Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana de Olympe de Gouges, pasando por Simone de Beauvoir hasta Clara Campoamor.
Finalmente, la sociedad percibe este día como el único en el que la mujer tiene un mínimo de importancia y protagonismo. La lucha se hace todos los días, en nuestras casas, escuelas y trabajo, y se sale a la calle a gritar por nuestros derechos siempre que haga falta, porque de nada sirve que salgamos millones el 8M para hacernos una foto para las redes si luego cuando asesinan o violan a una mujer no salimos, que es cuando verdaderamente hace falta. Y a las mujeres se les debe reconocer sus méritos y trabajo todos los días, no solo uno al año.
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